lunes, 5 de octubre de 2009

Barbaruens desde el lente de Luis Ascaso

Luis Ascaso en Barbaruens


A este poeta y amigo español, oriundo de Borau, de la provincia de Huesca, lo conocí hace poco en una de las tertulias de Arte Insomne, le regalé un libro mío de poemas que presenté ese día: Ecos de mis antojos y tanto mi mamá como yo le dijimos que abuela Josefa era también de Huesca.

Pues este amigo, ahora de regreso a España, me escribe lo siguiente:

Los días van pasando, las altas montañas del Pirineo oscense se empiezan a vestir de blanco, hoy día 20 de septiembre de 2009, decidí subir a Barbaruens. Conocí de su existencia por medio de Josefina Ezpeleta, escritora y residente en Miami (Florida), me comentó que su abuela nació en este lugar y muy jovencita partió para Cuba, me regaló un libro de su poesía, está dedicado y dice aragonesa de Barbaruens.

Conozco bastante el Pirineo de la provincia de Huesca, buscando misterios, leyendas, desgraciadamente, sus habitantes emigrafon a la tierra baja donde era más fácil encontrar trabajo y mejorar sus vidas, ahora son lugares turísticos, donde otras gentes compraron las casas: vascos, catalanes. En el pueblo donde nací, Borau, ya casi nadie recuerda quiénes fueron sus habitantes, un cementerio mudo con nombres y fechas, relata el silencio de los fantasmas.
El día era claro, la temperatura agradable, un entorno omágico me iba envolviendo cuando me acercaba a este lugar de la Ribagorza oscense, es como una visión que la gran diosa naturaleza te ofrece en su cáliz sagrado, un pueblo viejo, donde nada ni nadie ha conseguido alterar su ancestral pasado.

Me comentaba un vecino, que por el año 960 a los habitantes de esta zona les fueron dados unos privilegios por los condes de Aragón, no podían vender sus casas si no, perdían sus derechos al monte comunal, de donde sacan madera y los pastos para su ganado. Increíble pero cierto, me llamó mucho la atención que no había casi forasteros.

El libro de poesía que me regalaste, fue mi mágico pasaporte para que se abrieran las puertas de las emociones, los recuerdos y la amistad.

Barbaruens tiene 17 casas y viven 12 habitantes, tu abuelita desciende de Casa Teresa,* el propietario de la casa, José Aused Ballarín vive en Graus [...] Muy amablemente esta señora [la esposa de José, a quien sabemos le dicen el Teresito] me dijo que puedes contactar con ellos dando voz y luz, al pasado y al presente, donde hombres y mujeres vamos sembrando por las rutas del mundo historias de ceniza, el poderoso viento las aviva y las manda a su lugar de origen, encuentran las huellas del amor y la religión del génesis.

Josefina, yo no sé muy bien qué es ser poeta, Barbaruens, sus gentes y su entorno natural es auténtica poesía, no se puede escribir, solo hay que abrir los ojos y nacer en otra realidad.

Compartiré con ustedes también las fotos que me acaba de enviar Luis a través de Lydia.
[*] - Me mandó a decir Luis que no es Casa Teresa, sino Casa Tresa, aspecto sobre el que le insistieron con los que él habló allá en Barbaruens.

domingo, 4 de octubre de 2009

Meditaciones sobre Mi Barbaruens

Todos somos una mezcla de nuestros ancestros. En mí se une sangre arauaca, vasca, leonesa y aragonesa… y quién sabe cuál otra. ¡Extraña mixtura!

El hecho de haber nacido en una isla caribeña —Cuba— me hace cubana, pero también universal. Y así me siento. Pero he de reconocer que alguien tuvo la dedicación de inculcarme amor por tierra lejana, que se dibujaba y desdibujaba en el recuerdo, y esa fue mi abuela Josefa, que nació un 12 de diciembre de 1888 —¡hace 121 años!— en una aldea para muchos en el mundo desconocida, perdida en el tiempo, “perdida” en los pirineos aragoneses, pero para nosotros muy cercana: Barbaruens.

Desde pequeña me fueron familiares no solo ese nombre, Barbabuens, sino también “Casa Tresa", donde ella nació y se crió, y los nombres de sus añorados padres —Ramón y Joaquina— y hermanos, que nunca más volvería a ver.

Para mí, así como para mi madre, mis tías y tío y mis primas y primos, Barbaruens no era un punto lejano de la geografía española. ¡No!, era un olor cercano a montaña, una brisa gélida en pleno invierno, un aroma a pan recién horneado, un caminar lento, una jota bien bailada y muchos recuerdos.

Hace unos años cambiaron la puerta de Casa Tresa, y un primo mío, Ramón Aused, me mandó, hecho dije, un pedacito de esa madera toda historia y toda familia. La llevo siempre conmigo, es mi amuleto.

Quisiera algún día, acompañada tan solo de mi amuleto y mis recuerdos, de la mano de mi abuela, pisar las calles por donde ella paseó, aspirar en el tiempo el aroma de su niñez y poderle decir:
“Abuela, esta nieta tuya regresó a tu tierra; ahora sí soy aragonesa de Barbaruens”.
Josefina, o Totina (siempre así para mis primos), o Vicaria (otro día les contaré por qué)

Barbaruens desde un satélite




En espera de los otros, sigo mi búsqueda en Internet

En espera de lo que me escriban y de las fotos que me envíen mis primos y otros amigos, sigo mi búsqueda en Internet acerca de Barbaruens y la comparto con ustedes.

El pueblo de Barbaruens pertenece al Ayuntamiento de Seira, al cual también pertenecen Seira y Abi. El municipio de Seira está enclavado en la comarca de La Ribagorza, asentado en una de las zonas más abruptas de toda la región en la margen izquierda del Ésera. Y precisamente, a unos 8 km de Seira, por una carretera estrecha (C-139) se encuentra esta pequeña localidad, en medio de la ladera cubierta de bosque, entre la sierra de Chía y Cotiella, afirmándose en otros sitios de Internet que se halla en pleno Macizo de Cotiella. Lo que nadie puede negar ese que está inmersa en un paraje de singular belleza. Es un poblado de tradición agrícola y ganadra.

Se encuentra a 1,136 m de altitud y en cuanto a la población, he encontrado diversas cifras, que van desde 30 hasta 39 habitantes. Según Madoz, su actual emplazamiento vino determinado por la destrucción del anterior por frecuentes aluviones --algo que debió suceder hace muchísimos años. En su término y a 4 km en dirección a Seira se encuentra el antiguo Monasterio de San Pedro de Tabernas, de orígenes visigóticos y que fue anexionado a San Vitorián en el siglo XI. La actual iglesia ostenta fecha de 1573 y constituye uno de los edificios religiosos de mayor importancia en la zona; tiene cruz griega y se cubre con bóveda de crucería estrellada.

Su casco urbano esta formado por buenos ejemplos de arquitectura popular, viviendas con portadas de bella factura y amplias galerías corridas. En una de esas casas fue donde nació mi abuela Josefa, en la llamada "Casa Teresa". La Iglesia parroquial es de factura moderna compuesta por una sencilla nave y cerrada con testero recto; afirman que es de construcción rústica, en honor a San Félix.

En la Gran Enciclopedia Aragonesa (Internet) hallamos la siguiente información: "En la iglesia parroquial se conserva una singular reliquia, un hueso que, según la tradición, pertenece a uno de los brazos del príncipe de los Apóstoles, que llegó allí procedente del antiguo ex monasterio de San Pedro de Tabernas, hecho éste que no ha podido se constatado pero tampoco desmentido."

sábado, 3 de octubre de 2009

¡Qué privilegio ver estas fotos de Barbaruens!

Quiero dar las gracias a quien tomó estas fotos que presento en este slide show pues han logrado que me sienta allí en esa, que considero también mi tierra.
Todos pueden ver qué paisajes tan lindos, por algo mi abuela recordaba tanto a su terruño.

Fotos tomadas de http://community.webshots.com



Barbaruens, Pirineos